San Ciriaco y Santa Paula
Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula - Málaga



IGLESIA PARROQUIAL DE LOS SANTOS MARTIRES CIRIACO Y PAULA


        En pleno centro de la ciudad se encuentra el edificio que constituye la Iglesia Parroquial, edificio que cuenta con más de quinientos años de historia y que ha sufrido numerosas vicisitudes (cambios, destrucciones, derrumbes, terremotos, etc.…) y todo ello agravado por la composición del subsuelo donde se ubica el edificio (corrientes fluviales subterráneas, suelo arcilloso, etc.…), poco adecuada para una edificación de este porte.

        No repetiremos aquí la historia de este edificio reflejo del estilo rococó en Málaga (ver más pulsando aquí).

        La iglesia parroquial de los Santos Mártires responde a una planta que cuenta con tres naves (principal más dos laterales) y otras dos naves de capillas entre los contrafuertes; en la cabecera un presbiterio amplio de estructura tremolada. La portada es de ladrillo, y como se puede observar, conserva el diseño del siglo XVI. La puerta, de madera, fue realizada a finales del siglo XVIII, y el cancel, de 1833, procede del convento de Santo Domingo de Ronda.


        Exterior

        Su fábrica de mampostería, ladrillo y los basamentos y cadenas de piedra blanca crean una rica policromía, alzándose en la esquina de la Plaza de los Mártires con la calle Mártires la torre cuadrada que inicialmente construyera el maestro Bartolomé Pérez en 1.548.

        La Torre es el rasgo más destacable del exterior, situándose al sesgo con respecto al eje de la iglesia. Se levanta sobre el último tramo de la nave del Evangelio y la entrada a ésta se hace a través de una bovedilla de medio cañón. La estructura interna de la torre consta de un pilar central cuadrado en torno al cual se desarrolla la escalera. De base cuadrada combina la piedra con el ladrillo en tres de sus cuerpos, quedando éste material como único en los dos últimos cuerpos, abiertos al exterior con arcos de medio punto y coronado el tejadillo piramidal con una torrecilla abierta. El ladrillo empleado en la obra del s. XVIII, es expresión de esa continuidad del espíritu mudéjar. Fue muy dañada por un incendio en 1.567, el terremoto de 1.755 y otras calamidades, lo que motivó su restauración en 1.777 cuando se le añadió también el cuerpo octogonal.

        De los accesos a la iglesia, el principal, aunque menos usado, se realiza a través de un atrio formado por un triple arco de ladrillo sobre columnas toscanas de piedra, coronado por un azulejo moderno que alude a los mártires Ciriaco y Paula, integrados simbólicamente en el escudo de la ciudad aquí representado. Bajo él se abre la portada de ladrillo (rehecha en el s. XIX pero manteniendo el diseño del siglo XVI), con columnas acanaladas y capiteles agrutescados. La puerta, de madera ricamente tallada, es obra de finales del siglo XVIII, y el cancel colocado en 1.833, procede del convento de Santo Domingo de Ronda.

        El atrio da acceso a la puerta principal, y no fue realizada hasta 1.833, como consecuencia de las leyes que el rey Carlos III estableció para eliminar los cementerios en las proximidades de las parroquias y zonas urbanas, trasladándose los enterramientos al recién inaugurado cementerio de San Miguel donde se instalaron numerosos nichos y columbarios propiedad de órdenes religiosas y cofradías. El 18 de junio de 1833 se inauguró la verja de hierro.

        La construcción de este atrio ocultó la antigua disposición de la fachada principal de la iglesia cubriendo las pinturas primitivas que decoraban todo el muro frontal. Éste estaba compuesto de elementos decorativos con referencias arquitectónicas y figurativas, con gran luminosidad y colorido: en una hornacina rodeada de hermosas rocallas se situaban los emblemas de los Mártires y, a ambos lados, las figuras de las alegorías de la Caridad y de la Esperanza; todo rematado con un arco apuntado. Estas pinturas del barroco final se han recuperado, en parte, gracias a la intervención realizada por la Archicofradía del Huerto.


        Otro acceso, el más utilizado, se encuentra en el lateral que mira hacia la calle Comedias. Esta portada lateral es de piedra blanca arenisca, con arco de medio punto entre pilastras toscanas, se corona por un penacho que contiene una alegoría de la Fe Católica, del cual nace un frontón curvo partido, debajo del cual encontramos decoración rococó y barroca más clásica.

        Tras ella se abre un pequeño vestíbulo cubierto con bovedilla muy alargada prodigándose la decoración rococó en el calado cancel. Nuevas puertas de madera dan acceso a esta fastuosa iglesia.


        Interior

        El sencillo aspecto exterior de la iglesia no deja traslucir la riqueza interior. Esta iglesia es el mejor ejemplar del rococó en Málaga. Aunque con un cierto movimiento en la estructura del presbiterio, no es aquí donde mejor se ofrece este estilo sino en la variada, bellísima y elegante decoración sobrepuesta, que responde a diferentes etapas. De mediados del siglo XVIII es la del presbiterio y entre de 1.767 y 1.777 la de la sacristía y renovación de la nave, manteniéndose en la bóveda la ornamentación de la primera mitad del siglo.

        Evidentemente esta decoración de rocalla no podía complacer a los neoclásicos y académicos de la época, y así Ponz ya señaló que "se había revestido con tal género de despropósitos y de tanta hojarasca y relumbrones que resulta confuso a la vista del inteligente". En el Diccionario de Madoz no se juzga más piadosamente su estilo, perteneciente "a la época de mayor conmoción de nuestra arquitectura,... cuando no dominaba ya en las artes ningún pensamiento analítico ni filosófico", sin embargo le da un alto valor a la iglesia ya que considera tan confusos y exuberantes sus adornos que la equipara a las obras de Ribera, Tomé y Churriguera. Y no le queda más remedio que reconocer que "a través de todo este mal gusto (nótase) mucha unidad, grande imaginación y una variedad que fascina".

        La estructura interior es de tipo basilical de tres naves en la que se inserta un cuerpo trebolado que, aunque en los documentos se cita como capilla mayor y crucero, en rigor éste es más bien un brazo transversal absidiado que forma un todo único en el presbiterio.

        En el interior del templo, la luz, sabiamente dirigida, juega un papel importante, vigorosa en la nave, matizada en el presbiterio, convierte el camarín y retablo en un punto luminoso de atracción final de un eje, lugar trascendental del templo con un lienzo de la Virgen de la Trinidad, y a ambos lados de esta imagen hay medallones con arcángeles pintados, que junto con los que se encuentran en los bordes de los brazos del crucero, componen un programa angélico.

        Las Naves laterales se estructuran entre fajones, con la misma decoración de los centrales, en tramos cuadrangulares cubiertos con bóveda de aristas con baquetones mixtilíneos y rosetón central, apoyados en pilastras amplias con placas recortadas con yeserías.
Nave del Evangelio
Las naves laterales se cubren con bóvedas de arista con moldura y decoración de hojarasca uniéndose al presbiterio mediante arcos sesgados, con relieves de estuco de la Caridad en el lado derecho y de la Fe en el lado izquierdo.

Entre ellas se abren las capillas con arcos de medio punto también cajeados con decoración, presentando en su frente amplias placas recortadas con los mismos motivos que bajan de la cubierta y la flanquean bandas de yeserías que se adaptan al marco encerradas en sencilla moldura. Estas capillas son todas desiguales en su planta más o menos cuadrangular y se cubren con bóveda semiesférica u oval sobre pechinas con cupulino, y en las menos con bóveda de arista; excepto la dedicada al Niño del Remedio en el lado de la Epístola, junto al presbiterio, que muestra un sabor más auténtico, las otras acusan enormemente la restauración, siendo las lápidas que allí aparecen el único indicio de su clasificación.








La unión de las naves laterales con el presbiterio lo forma un arco de medio punto de jambas irregulares ya que una de ellas está sesgada para alcanzar la línea curva de la estructura absidial; su rosca se decora con pedúnculos y círculos rehundidos enmarcados por pilastras compuestas sosteniendo trozos del entablamento rematados con un penacho de rocalla del que arrancan otros motivos rococó que ocupan el diafragma superior: un medallón presidido por un borrominesco querubín, que en su interior presenta un relieve en estuco de la Caridad en el lado de la Epístola y de la Fe en el del Evangelio.












En las paredes de las naves laterales se encuentran incrustadas las cruces que fueron bendecidas el día de la dedicación del templo, y que todos los años, en el aniversario de dicho evento, vuelven a estar iluminadas por los candiles.

Así mismo rodea el interior un vía crucis en madera policromada, que cada año recoge los rezos continuos de las estaciones de la Pasión de Cristo.






Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula

Plaza de los Mártires nº 1 29008 Málaga España

Tel. 952 212 724