IGLESIA PARROQUIAL DE LOS SANTOS MARTIRES CIRIACO Y PAULA Nave central o del Santísimo
Esta nave del Santísimo se cubre con bóveda de medio cañón
rebajado con fajones ampliados en su clave para disponer de espacio para un rico medallón, y lunetos delimitados por dobles molduras con marco
para pinturas rodeadas de delicada rocalla; está hundido en su base con una placa recortada que corona la ventana situada entre dos grandes
aplicaciones de rocalla; yeserías decoran cada tramo entre los lunetos con pinturas de santos.
Estas obras pictóricas representan a las santas: Cecilia, Engracia, Lucía, Margarita, Catalina
y Bárbara; a los santos: Papa, Papa Urbano y Obispo Mártir Cipriano, y a Blas (no podemos olvidar que la iconografía que contiene esta parroquia,
y que aun podemos admirar en ella, se circunscribe a lo que requirió la Hermandad Sacramental para su reconstrucción). Todos estos santos tienen
una relación directa con Jesús Sacramentado, siendo defensores del sacramento de la Eucaristía en toda su vida, hasta el martirio.
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El alzado lo constituyen arcos formeros de medio punto sobre pilares con pilastras de capiteles corintios con cabezas de querubines
sobre la venera central, y pedestales de jaspe rojo en el que se incrusta el negro formando motivos geométricos, datados en 1.747; por su
intradós cajeado caen guirnaldas de yeserías que se continúan en el cajeado de las jambas, interrumpido por una placa recortada
con yeserías que cuelga de la imposta.
Sobre las pilastras corre un sencillo entablamento denticulado sosteniendo
en su volada cornisa una que recorre todo el interior interrumpida por el retablo y el coro. Pero en toda esta
zona se superpone una decoración de tipo rococó; la rosca del arco se dora trazando pedúnculos alternados y por
las enjutas ascienden sinuosas rocallas para rematar sobre el friso en un medallón central. El púlpito, en madera
policromada, con los bustos de los Evangelistas fue realizado después de la guerra por Pérez Hidalgo.
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