San Ciriaco y Santa Paula
Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula - Málaga


Historia de la Iglesia de los Santos Mártires (I)

     En la Plaza de Los Mártires se sitúa la Iglesia de Los Santos Mártires, a la cual debe su nombre. Esta iglesia parroquial fue fundada por los Reyes Católicos en virtud del voto que tenían hecho antes de la reconquista, de restablecer en Málaga el culto a los Santos Mártires S. Ciriaco y Sta. Paula, "los martiricos", por medio del que fue primer obispo de esta ciudad, Sr. Toledo.

     Según la leyenda, San Ciriaco y Santa Paula eran dos jóvenes malagueños que vivieron a finales del siglo III de la Era cristiana, cuando la ciudad de Málaga pertenecía al Imperio Romano. Eran miembros de una floreciente comunidad cristiana que vivía su fe bajo la guía del obispo San Patricio. Con motivo de la décima persecución, la cual fue decretada por el Emperador Diocleciano, contra los cristianos; ambos jóvenes fueron detenidos por ello y obligados a prestar sacrificios a las divinidades romanas. Ciriaco y Paula se negaron a realizar aquel culto pagano, puesto que éste suponía renegar públicamente de su condición de cristianos. Precisamente por ello, fueron condenados a muerte, el 18 de junio del 303 fueron martirizados muriendo a pedradas, según la tradición, a la vera del Guadalmedina, en el lugar hoy denominado Martiricos. Sus cuerpos fueron recogidos por sus hermanos cristianos y fueron enterrados en algún lugar de la ciudad o próximo a ella. Ambos recibieron culto como "Mártires y Santos Cristianos" desde el primer momento. Estos hechos están documentados desde el siglo VI. La tradición de los Santos Ciriaco y Paula perduró en la ciudad de Málaga durante 17 siglos. Asimismo, bajo la dominación musulmana, permaneció en las comunidades mozárabes que hubieron de emigrar al norte de España. En 1.490, tras la Reconquista de Málaga a manos de los Reyes Católicos, son nombrados patrones de la ciudad, junto a la Virgen de la Victoria.

     En el cabildo celebrado el primero de julio de 1.489, se acordó delimitar el ámbito de las cuatro colaciones o parroquias en que debía dividirse la ciudad y se nombraron algunos miembros del Concejo, para que, en unión del repartidor Francisco de Alcázar y del Provisor del Obispado, efectuasen dicha demarcación y repartiesen los feligreses entre aquéllas. Estas cuatro parroquias estarían bajo la advocación de Santa María, Santiago, Los Mártires y San Juan, en relación con las principales puertas de la ciudad.

     La de Los Santos Mártires fue una de las cuatro parroquias instituidas en la ciudad a partir de 1.505. Aunque la tradición sitúa la fundación en 1.490, el documento de este hecho data del 21 de diciembre de 1.491 y no se levantó utilizando una de las mezquitas de la ciudad sino completamente nueva desde los cimientos dejando la Reina Católica en su testamento la considerable cantidad de 100.000 mrs. (Maravedíes) legados a título de limosna para su obra, cantidad que no pudo hacerse efectiva hasta 1.515. Su parroquia fue erigida en 1.505 por el arzobispo de Sevilla D. Diego de Deza y confirmados sus privilegios por el obispo Ramírez Villascusa de Haro en 1.510.

     Fue esta Iglesia la primera que eligió el Obispo, y Cabildo de la Catedral para realizar la procesión de las Letanías, cada 25 de abril, el día de S. Marcos Evangelista.

     Puesto que la iglesia se levantó completamente nueva desde los cimientos, se utilizó para los servicios parroquiales, mientras quedaba terminada, la ermita de San Sebastián, situada en la Plaza Pública, que fue en algún tiempo su Ayuda de Parroquia. El lugar elegido para su emplazamiento, muy próximo a la muralla de la ciudad, no fue quizá el más adecuado por las corrientes subterráneas de agua que habrían de afectar a la cimentación.

     Se tienen noticias de que en las últimas décadas del s. XVI ya se celebraban actos religiosos en sus altares. Lo que hace pensar que no debió tardarse mucho en su edificación. El ámbito de la parroquia abarcaba la zona occidental hasta lo que será Puerta Nueva y su Ayuda de parroquia fue desde 1.642, la iglesia de San Pablo.

     En origen sería una iglesia gótico mudéjar de arcos apuntados, mucho más pequeña. La realización de las naves, capilla mayor y sacristía fue llevada a cabo por el alarife Juan Rodríguez. Las referencias documentales nos indican que las obras de la primitiva iglesia se cubrieron en 1.519, al contratarse la ejecución de una armadura de madera cubierta al exterior con tejado de teja a dos aguas. Esta armadura es mudéjar de lazo, que ha quedado oculta bajo la bóveda barroca que hoy vemos, pero es posible observar por un registro del tejado. En la mediación del s. XVI se estaban realizando obras, labrando el cantero Diego de la Portilla una pila bautismal de mármol en 1.545, instalándola en la parte inferior de la torre, acabándose esta última en 1.548.

     Esta torre fue construida por el maestro Bartolomé Pérez como atestiguaba la inscripción que aparecía sobre ella y que Medina Conde cita en las "Conversaciones Malagueñas": El P. Morejon al num. 671 de su Historia trata de la Torre de esta Parroquia, que llama Admirable, y dice que aunque hay fama de que se labró á expensas de un Corregidor, al que sentenciaron la labrase en pena de haber quemado la antigua, por sacar de su Sagrado á un delinqüente, no tiene fundamento. Descripciones antiguas nos hablan de que en el exterior de ésta, había hermosas pinturas.

     En 1.567 un grave incendio destruyó la torre y parte de la iglesia, lo que hizo que se cerrara al culto, pero la reconstrucción se hizo con gran rapidez. Del año 1.589 a 1.590, existe un contrato entre un albañil y D. Rodrigo de Cisneros, en donde se hace alusión a la capilla de enterramiento que mandó construir en la iglesia de los Mártires. Una de las condiciones que recoge el contrato es que se encale, y otra que se colocasen en las pechinas dos escudos de armas. Sin embargo, no menciona el material en el que se realizaron, ni emplea el término pintura, aunque por otros ejemplos del siglo XVIII podría tratarse, lo más probable, de pintura mural. La obra costó 200 ducados. El terremoto de 1.680 vino a causar nueva ruina necesitando de nuevo obras de refuerzo.

     Los nobles, muchos de los cuales vivían en otras provincias españolas, contaban con propiedades ubicadas en las calles más importantes, que generalmente tenían una gran superficie y elevadas rentas. En esta parroquia tendrían casas principales grandes propietarios como, el Marqués del Vado del Maestre, D. Francisco de Córdoba, Laso de la Vega, Pacheco y Portocarrero, cuyas posesiones se situaban en la calle del Agua o de San Buenaventura, en la plazuela del Vao y en la calle de la Gloria.

     El conde de Miraflores poseía una casa principal en la calle de Los Mártires y los Sres. Del Deán y Cabildo eran propietarios de numerosas viviendas en varias calles de esta parroquia tales como calle del Agua, Pozos Dulces, Los Mártires y Santa Lucia. También se encontraba en el área de Los Mártires el Colegio de S. Telmo, parroquia personal para alumnos y personas de la plantilla laboral. Su templo era el Santo Cristo. En total el número de casas de la colación de los Santos Mártires era de 1.242, ocupando uno de los primeros puestos en número de casas por parroquia. En el año 1.680 hubo un gran terremoto, tras éste, del total de casas de esta parroquia se hallaron hundidas 379 y muy maltratadas 788.

     El cementerio o cripta funeraria de la parroquia de los Mártires abarcaba una extensión ante toda la fachada principal y la rodeaba por el lado de la torre llegando hasta la capilla siguiente a la puerta lateral, por lo que los dos accesos a la iglesia debían realizarse a través del cementerio, lo cual no era excepcional en esta época. Además esta iglesia contaba con capillas funerarias particulares para los más pudientes como la del converso Rodrigo Álvarez de Madrid atestiguada por una lápida en la nave lateral izquierda.


Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula

Plaza de los Mártires nº 1 29008 Málaga España

Tel. 952 212 724