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Los Documentos Pontificios son todos importantes ya que todos tienen como autor al Papa. La importancia del documento no se deduce tanto de su clasificación como de su contenido. Así pues tenemos Cartas Encíclicas, Epístola Encíclica, Constitución Apostólica, Exhortación Apostólica, Cartas Apostólicas, Bulas y Breves y Motu Proprio. Antes de entrar en ellas, veamos de diferenciarlas unas de otras:
Cartas Encíclicas
Del latín Literae encyclicae significa literalmente
"cartas circulares". Son cartas públicas y formales del Sumo Pontífice que expresan
su enseñanza en materia de gran importancia. Pablo VI definió la encíclica como
"un documento en forma de carta enviado por el Papa a los obispos del mundo entero".
La encíclica es una forma muy antigua de correspondencia eclesiástica, que denota de forma
particular la comunión de fe y caridad que existe entre las varias "iglesias", esto es, entre las
varias comunidades que forman la Iglesia. Así, en los principios de la Iglesia, los obispos frecuentemente enviaban cartas a otros obispos para
asegurar la unidad en la doctrina y vida eclesial. El título que se le da a la encíclica se deriva de sus primeras palabras en latín.
El papa Benedicto XIV (1740-1758) revivió la
costumbre, enviando "cartas circulares" a otros obispos. Estas cartas papales tocaban temas
de doctrina, moral o disciplina, afectando a toda la Iglesia. Con Gregorio XVI
(1831-1846), el término "encíclica" se hizo de uso general. León XIII (1878-1903),
excedió por más del doble el número de encíclicas escritas de su predecesor Pío IX
(1846-1878), con 75 encíclicas en total. También cambió el énfasis
del tono de las encíclicas, el cual había sido preeminentemente condenatorio. Comenzó a
esbozar una idea rápida, de forma positiva, de como la Iglesia debía responder a los problemas
concretos, especialmente en el orden ético-social. El acercamiento innovador de León XIII,
popularizó las encíclicas como puntos de referencia, no solo para la doctrina Católica sino
también, para muchos programas de acción.
Las encíclicas pretenden: Por definición, las cartas encíclicas formalmente tienen el valor
de enseñanza dirigida a la Iglesia Universal. Sin embargo, cuando tratan con cuestiones sociales, económicas o políticas, son dirigidas comúnmente no solo a los católicos, sino a
todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Esta práctica la inició el Papa Juan XXIII con su encíclica Pacem in terris (1963). En algunos casos, como el de la encíclica
Veritatis splendor (1993) de Juan Pablo II, el Papa solo incluye en su saludo de apertura a los Obispos, aunque él pretenda que la doctrina de la encíclica sirva para la instrucción
de todos los fieles. Esto tiene su razón de ser en el hecho de que los Obispos son los Pastores que deben enseñar a los fieles la doctrina.
Debido al peso y la verdad que contienen, todo fiel debe concederle
a las encíclicas asentimiento, obediencia y respeto. El Papa Pío XII observó que las encíclicas, aunque no son
la forma usual de promulgar pronunciamientos infalibles, si reflejan el Magisterio Ordinario
de la Iglesia y merece ese respeto de parte de los fieles (Humani generis, 1950)
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![]() Benedicto XVI |
![]() Juan Pablo II |
![]() Pablo VI |
![]() Juan XXIII |
![]() Pío XII |
2009 - Caritas in veritate | 2003 - Ecclesia de Eucharistia | 1968 - Humanae Vitae | 1963 - Pacem in Terris | 1958 - Ad Apostolorum Principis |
2007 - Spe salvi | 1998 - Fides et Ratio | 1967 - Sacerdotalis Caelibatus | 1962 - Paenitentiam Agere | 1954 - Ad Caeli Reginam |
2005 - Deus Caritas est | 1995 - Ut Unum Sint | 1967 - Populorum Progressio | 1961 - Aeterna Dei Sapientia | 1954 - Ad Sinarum Gentem |
Epístolas Encíclicas
Difiere muy poco de las cartas encíclica. Las epístolas son poco frecuentes y se dirigen
primariamente a dar instrucciones en referencia a alguna devoción o necesidad especial de la
Santa Sede. Por ejemplo: algún evento especial, como el Año Santo.
Constitución Apostólica
Estos documentos son la forma más común en la que el Papa ejerce
su autoridad "Petrina". A través de estas, el Papa promulga leyes concernientes a los fieles. Tratan de la mayoría de los asuntos doctrinales,
disciplinares y administrativos. La erección de una nueva diócesis, por ejemplo, se hace por medio de una Constitución Apostólica.
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